jueves, 22 de marzo de 2012

ABDÓN CALDERÓN...!!!

Abdón Calderón
Abdón Calderón Garaycoa
Capitán
LealtadFlag of Ecuador.svg
Participó enLa primera derrota de Huachi, la de Tanizagua, la victoria de Cone, La segunda derrota de Huachi, el avance de Guayaquil a Cuenca, el avance de Cuenca a Quito, Batalla de Pichincha.

Nacimiento30 de julio de 1804
Cuenca
Fallecimiento29 de mayo de 1822
Quito, Ecuador
Abdón Calderón Garaycoa nació en Cuenca, Ecuador en julio de 1804, seguramente el día 30, en que se celebraba la fiesta de San Abdón, y fue bautizado el 31 del mismo mes. Fue hijo del matrimonio de Francisco Calderón, nacido en Cuba, quien era Contador de las Cajas Reales, es decir, funcionario del gobierno colonial en Cuenca; y de Manuela de Jesús de Garaycoa y Llaguno, guayaquileña, quien pertenecía a una de las más destacadas familias del puerto.

Biografía

Francisco Calderón apoyó el golpe patriota del 10 de agosto de 1809, por lo que fue apresado y enviado a Guayaquil y luego a Quito. Libertado al establecerse la Junta Superior de Gobierno de 1810, se incorporó al ejército patriota con el grado de coronel. Como tal participó en oda la campaña de 1810 a 1812, militando en el bando de los sanchistas o radicales. Tras la derrota final del ejército patriota, fue fusilado en Ibarra el primero de diciembre de 1812, su último deseo fue que se le quitara la venda de los ojos y le fuera entregado a su hijo Abdon su escapulario que fue propiedad del gran Eugenio Espejo. Toda esta experiencia que tuvo su padre marcaría profundamente la vida y muerte de Abdón.
Como los bienes de coronel Calderón fueron confiscados por el gobierno realista, su viuda y sus hijos fueron a vivir a Guayaquil en 1813. Allí Abdón continuó sus estudios, contando entre sus maestros a Vicente Rocafuerte, su pariente lejano, futuro presidente del Ecuador, quien en 1842 habría de contraer matrimonio con Baltasara Calderón, hermana menor de Abdón, nacida en Cuenca en 1806.
Abdón tenía apenas 16 años cuando estalló en Guayaquil la revolución del 9 de octubre de 1820. Después de la Independencia de Guayaquil, el 9 de octubre de 1820, el ilustreJosé Joaquín de Olmedo crea un ejército llamado División Protectora de Quito con la finalidad de independizar también al resto de la audiencia. Ese mismo día, Abdón se alistó en el división donde alcanzó el grado de Subteniente en el Batallón Voluntarios de la Patria bajo órdenes de don Ignacio Salazar.. Se destacó de inmediato por su "valor heroico", según palabras del coronel patriota Luis Urdaneta, quien pidió para Abdón el grado de teniente después del triunfo de Camino Real (9 de noviembre de 1820). Con ese grado militar tomó parte en los diversas acciones de la campaña libertadora de 1820-1822: la primera derrota de Huachi, la de Tanizagua, la victoria de Cone, la segunda derrota de Huachi, el avance de Guayaquil a Cuenca y de Cuenca a Quito. Para cuando peleó en la Batalla del Pichincha, Abdón Calderón, pese a su juventud, era todo un veterano de la fiesta.

La Batalla de Pichincha y su posterior muerte

La Batalla de Pichincha fue el escenario del acontecimiento que lo haría una leyenda, su propia muerte. Sus hechos en aquel memorable 24 de mayo de 1822 han sido narrados innumerables veces con toda suerte de adjetivos grandilocuentes, creando un mito a veces risible que antiguamente se enseñaba en las escuelas primarias ecuatorianas sobre un personaje con capacidades casi sobrehumanas, totalmente desmembrado por cañonazos, que sostenía incansablemente la bandera Independista casi con los dientes hasta finalmente morir en batalla.
La historial real es que Abdón Calderón, a pesar de haber recibido cuatro heridas de bala que al final le ocasionarían la muerte, prefirió permanecer inamovible en la línea de fuego, alentando a todo su batallón y cargando incansablemente la que es ahora la bandera de Guayaquil. Al terminar el feroz combate fue trasladado a la ciudad de Quito, donde murió al cabo de cinco días el 29 de mayo de 1822, de disentería. Antonio José de Sucre en su escueto parte de la Batalla de Pichincha, fechado el 28 de mayo del aquel año: " [...] hago una particular memoria de la conducta del Teniente Calderón, que habiendo recibido sucesivamente cuatro heridas, no quiso retirarse del combate. Probablemente morirá, pero el Gobierno de la República sabrá compensar a la familia los servicios de este oficial heroico".
Cuando Simón Bolívar llegó a la ciudad de Quito y se enteró de estos hechos, ascendió póstumamente a Calderón al grado de capitán y decretó que su sueldo fuera entregado a su madre. La compañía del Batallón Yaguachi a la que perteneció Calderón no tendría capitán y en las revistas, al mencionarse su nombre, la tropa habría de contestar: "Murió gloriosamente en Pichincha, pero vive en nuestros corazones".
El Capitán Abdon Calderon, en resumen seria un Héroe convertido por muchos en mito, pero fue indudablemente uno de los más importantes Combatientes por la Independencia, que a pesar de su notable juventud y sus altos rangos militares logrados, lo dio todo en la batalla, inclusive su propia vida para poder alcanzar la tan anhelada libertad.




BIOGRAFÍA DE CAPT. ABDÓN CALDERÓN


El Capt. Abdón Calderón nació en Cuenca (Azuay) el 30 de julio de 1.804. Sus padres fueron Francisco Calderón y Manuela Garaicoa. Sus primeros estudios los efectuó bajo la guía del sacerdote argentino José María de Landa. Complementaron la misión sus parientes, el Dr. Andrés Villamagán y Javier Garaicoa. Desde temprana edad demostró inclinación por la carrera de las armas.


Pese a su juventud, Abdón Calderón, y antes de la magna Batalla del Pichincha, era ya un veterano de guerra, según la hoja de servicios que relata la historia. Primero ingresó como voluntario en el Ejército de Sucre y ascendió a Subteniente en el Batallón "Voluntarios de la Patria”. En noviembre de 1820, alcanzó el rango de Teniente después de la Batalla del "Camino Real". Al siguiente año (1.821), participó en la Batalla de Tanizagua como Teniente del Batallón "Libertadores", a órdenes del Coronel José García. Ese mismo año, participa en la Batalla de Yaguachi bajo las órdenes del Sargento Mayor Félix Soler. En Septiembre de 1.821, toma parte en la Batalla de Huachi, a órdenes del Mariscal Antonio José de Sucre. En febrero de 1.822, integró la Vanguardia del Ejército Libertador a órdenes del Coronel Luís Ibarra y al mando de la Tercera Compañía del Yaguachi. En abril de 1.822 participó en el combate en las llanuras de Tapi contra la Caballería Española. La cúspide por amor militar y a la Patria la demostró el 24 de Mayo de 1822 en la Batalla de Pichincha, donde a pesar de estar gravemente herido no quiso retirarse de la contienda. En ascenso post mortem, Abdón Calderón alcanzó el grado de Capitán.




De acuerdo al relato de Manuel Antonio López, compañero de combate de Abdón Calderón, el “Héroe Niño” mandaba la Tercera Compañía de "Yaguachi", recibió un disparo en el brazo derecho; este se inhabilitó para tomar la espada con aquella mano y la tomó con la izquierda y continuó combatiendo con imperturbable serenidad, cuando pocos minutos después recibió otro disparo en aquel brazo afectándole un tendón y fracturándole el hueso del antebrazo, lo que le obligó a soltar la espada. Un sargento lo recogió del suelo, se la colocó la vaina a la cintura y ligó el brazo con un pañuelo colgándolo del cuello.

El Mariscal Antonio José de Sucre, en carta dirigida al Libertador Simón Bolívar, el mismo día de la Batalla, acerca de nuestro Héroe dice: "hago particular memoria de la conducta del Teniente Calderón, que habiendo recibido sucesivamente cuatro heridas, no quiso retirarse del combate. Probablemente morirá, pero el Gobierno de la República sabrá compensar a su familia sus servicios de este oficial heroíco”. f. Sucre.

Bolívar, el 16 de Junio de 1.822, expidió el siguiente Decreto: “1º Que a la Tercera Compañía del Yaguachi no se le pusiera otro Capitán. 2º Que siempre pasará revista en ella como vivo el Capitán Calderón y que en las revistas de Comisario cuando fuera llamado por su nombre, toda la Compañía respondiera: "Murió gloriosamente en Pichincha, pero vive por siempre en nuestros corazones".


La verdadera fecha de su muerte física


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Abdón Calderón.1

El Capitán graduado Abdón Calderón Garaycoa, miembro de una distinguida familia que mucho lustre tuvo en la nación, fue uno de los más brillantes héroes surgidos durante nuestra campaña libertaria, pues las vivencias heroicas de éste Oficial de estirpe son producto de su decisión y esfuerzo. Su alta moral ha sido entrever que la dignidad vale más que la vida. La arriesgó como soldado en algunos combates, pues luego de haber tomado parte activa de la revolución guayaquileña del 9 de octubre de 1820, como joven voluntario, asistió a las acciones de Camino Real, primer Huachi, Tanizahua, Cone, segundo Huachi, Riobamba y Pichincha. En este último se inmortalizó, un 24 de mayo de 1822, y ofrendó su visa en aras de la libertad, cayendo abatido por los proyectiles del adversario español

Es el propio Antonio José de Sucre quien comunica al Gobierno de la República sobre esta acción en las faldas del Pichincha; con la victoria se consuma la independencia de todo lo que hoy es el Ecuador y la Gran Colombia. En su informe hace particular mención a la heroica conducta de Abdón Calderón y en parte dice: “En tango, hago particular memoria de la conducta del Teniente Calderón, que habiendo recibido consecutivamente cuatro heridas, jamás quiso retirarse del combate. Probablemente morirá; pero el Gobierno de la República sabrá recompensar a su familia los servicios de éste oficial heroico”.

¿Pero que día murió? Al terminar el combate, el día siguiente, después de cinco días o posteriormente. Inicialmente me limitaré a detallar las narraciones efectuadas por algunos protagonistas e historiadores, para seguidamente transcribir el documento manuscrito que acredita con certeza el día y lugar del fallecimiento de Abdón Calderón, con el que despejamos toda duda al respecto, así como del sitio o dependencia en que fue sepultado inicialmente.

El señor Domingo Arboleda en su obra “Batallas heroicas” nos dice que “murió el valiente muchacho, la tarde del mismo día del triunfo”. El Coronel Manuel López nos afirmaba: “De entre los oficiales heridos murió la misma noche del día de la batalla el Teniente Abdón Calderón”, cuya conducta fue tal que bien merece que consagremos un artículo a su memoria”.

Esta afirmación sufre una alteración pues el propio Coronel López, en 1872, al conmemorarse los 50 años de la heroica batalla, cumple su promesa de consagrar un artículo especial a su memoria. Y esta vez nos relata que “murió al día siguiente”.

Don Camilo Destruge nos cuenta entre los que mencionan que murió al día siguiente de la inmortal acción, y dice además, que “fue ascendido por el General Sucre a Capitán, y se le tributaron los honores fúnebres correspondientes a su último ascenso”

Pero es el propio General Antonio José de Sucre quien nos hace dudar de las anteriores afirmaciones, cuando en su comunicación al Gobierno de la República, dirigida el 28 de mayo de 1822, ya transcrita, dice que “probablemente morirá; pero el Gobierno de la República sabrá recompensar a su familia los servicios de este oficial heroico”. Nos da a entender con ello que a esa fecha permanecía con vida.

A ese parte oficial, apoya una carta de Sucre escrita de Quito a Guayaquil el 29 de mayo, a la madre de Abdón, comunicándole la gravedad de su hijo. Doña Manuela contesta la misma en los siguientes términos”

“Guayaquil, junio 11 de 1822

“Mi General

“Por fin nuestros votos se han cumplido; ya el glorioso pabellón de Colombia, está tremolado en el antiguo templo del Sol y los dignos y primeros independientes de Quito disfrutan ya de la beneficencias que su constitución y sabias leyes derraman sobre ellos; y U. recibirá las bendiciones de estos por haberles conseguido este bien tan deseado por su pericia militar, por sus virtudes cívicas, por su labor, y por un conjunto de perfecciones que le constituyen nuestro libertador: por lo que me congratulo con usted pues que pertenezco a los ilustres Quiteños, por haber derramado allí mi sangre y haber padecido con ellos tantas privaciones.

“He recibido con indecible placer, la enhorabuena que por medio del benemérito Coronel Illingworth ha tenido U. la bondad de darme, por haber cumplido mi hijo con el deber que le impuso la naturaleza y el honor; pero yo digo que a las órdenes de un General tan sabio y valiente, no habrá ningún oficial que no sacrifique su vida, y si el pierde el brazo, según me dicen, habrá perdido una crecida parte de su existencia y yo mi vida; pues su actual situación me renueva la memoria de cuanto por mi ha pasado en Quito.

“Reciba U. las mas finas expresiones de toda mi familia.

“Penétrese U. de la exención de mis sentimientos y de la cordialidad con que me repito su reconocida y fiel amiga. Q.B.S.M.

Manuela Garaicoa de Calderón”.

(Nota: se respeta la ortografía del documento)

Según la carta de Sucre, no había muerto hasta el 29 de Mayo de 1822 y, de acuerdo a la carta de Doña Manuela, aquello no sucedía hasta el 11 de junio o, en su defecto, no conocía, a la fecha, de su fallecimiento, por la distancia en que se encontraba.

Seguidamente transcribo la conclusión del Doctor Ricardo Márquez Tapia, quien, en su brillante análisis sobre la muerte de Abdón Calderón, nos dice:

“Del estudio de estas apreciaciones, bien podemos llegar a la siguiente conclusión: Sucre admirador, como fue el valor de Calderón en Pichincha y tratando de dar mayor solemnidad a sus honores fúnebres, le ascendió a Capitán; y es seguro que lo verificó la víspera de su solemne entierro; por lo tanto es lógico deducir, que su muerte tuvo lugar el día del ascenso, conforme lo he relacionado anteriormente.

“Y, que día fue elevado a la categoría de Capitán? Aquí, para mi caso si se le ascendió en el mismo campo de batalla, como manifiestan los más de los historiadores, murió el Héroe el 24 de Mayo, siendo en consecuencia el parte oficial de Sucre, un documento de ningún valor; a su vez, si se verificó el citado ascenso en los días en que sus demás camaradas obtenían igual galardón, lo cual fue en el mes de JUNIO, SE DESPRENDE QUE CALDERÓN MURIÓ EN UNO DE LOS DÍAS DE ESTE MEMORABLE MES.

“Como quisiera saber, cuando el Héroe Niño fue ascendido a Capitán”

Para despejar todas las dudas sobre el día del fallecimiento de Abdón Calderón, tenemos a mano un documento manuscrito que lo reproducimos aquí parcialmente, el que reposa en el archivo personal del historiador Víctor H. Arellano Paredes, quien nos cedió copia del mismo.

Este documento es una contribución extraordinaria a la historia. Seguramente terminará con la polémica mantenida durante décadas entre investigadores de la historia, quienes lamentablemente no contaban con manuscrito alguno sobre el día del fallecimiento del Héroe del Pichincha; pero desde este instante está a disposición del lector, por lo que procedemos a transcribirlo en las partes que interesan:

“Señor Juez de Letras

“Manuela Garaicoa de Calderón ante V. S. Como más haya lugar en DRO. Digo que presento con la forma debida los documentos que acreditan el fallecimiento de mi marido Francisco Calderón y de nuestro hijo Abdón, igualmente que el de haber fallecido intestado el primero, para que V.S. se sirva mandar se me confieran los testimonios que de ellos pudiere en la mejor vía y formas a continuación, por se el papel correspondiente. Por tanto a V.S. suplico que habiendo por presentados dichos documentos provea como solicito y jurar & S.

Manuela Garaicoa de Calderón Guayaquil, diciembre 18 de 1832”

“Vigésimo Segundo.- José Arciniega y Paredes, Escribano Público del Número.- El Padre Maestro Fray Pedro Alban Provincial de esta provincia de Quito de los Dolores de María Santísima del orden militar de nuestra señora de las mercedes, examinador Sinodal, Catedrático de Bellas Letras de esta Universidad, etcétera.- certifico: Que me consta que en el mes de junio del año pasado de mil ochocientos veinte y dos, falleció en casa del doctor Jose Felix Valdivieso el joven don Abdón Calderón y Garaicoa, hijo legítimo del finado señor don Francisco Calderón, y de la señora Manuela Garaicoa del vecindario de Guayaquil: que encargada esta comunidad de hacer las exequias y funerales del expresado joven Calderón, se trasladó su cadáver con toda solemnidad y acompañamiento a la iglesia de este mi convento macsimo, donde fue sepultado Y a pedimento de parte doy la presente para que obre los efectos que haya lugar, mandando que a continuación certifique el Reverendo Padre Comendador lo que le conste sobre este particular. Dada en ese convento Máximo de San Nicolás de Quito a nueve de Octubre de mil ochocientos treinta y dos.- Maestro Fray Pedro Albán Provincial. Ante mi presentado Fray Manuel Perre Secretario de Provincia en cumplimiento del superior mandato que precede, certifico en toda forma me es constante que el señor Abdón Calderón murió en casa del señor doctor José Félix de Valdivieso en siete de junio de mil ochocientos veinte y dos, y al día siguiente fue conducido con la mayor pompa y acompañamiento del lugar a esta iglesia del convento macsimo en donde se le hicieron las exequias y fue sepultado su cadáver. Y para los efectos que convengan doy en este convento macsimo de San Nicolás de Quito, a diez de octubre de mil ochocientos treinta y dos.- Fray Ramón Carrillo, Presidente Comendador”.

Del documento que precede concluimos que murió de una larga agonía a causa de las heridas hechas en combate. Soportó 14 días con las complicaciones evidentes que un organismo con lleva por tal motivo. Fue, pues, el 7 de junio de 1822 el día en que falleció, sin lugar, esta vez, a las dudas que con llevaron a diferentes autores a largos análisis y a conclusiones no demostradas con la certeza que corresponde.

Cabe explicar que del análisis y lectura del documento, se ve claramente que las certificaciones efectuadas sobre la muerte y sepultura de Abdón Calderón, son constancias de Fray Pedro Alban y del Padre Comendador Fray Ramón Carrillo, quien da fe ante el escribano de lo actuado en su Convento Máximo de San Nicolás, que las transcribe con fecha 10 de octubre de 1832.

REFLEXIONES SOBRE SU PRIMERA SEPULTURA

Los restos del Capitán graduado Abdón Calderón fueron sepultados en la Iglesia del Convento Máximo de San Nicolás, el 8 de junio de 1822. Considerando que éste convento correspondía a la comunidad Mercedaria y tomando en cuenta el análisis detallado de libros y documentos, podemos concluir que se refiere a la iglesia del Convento Máximo de La Merced, pues al respeto nos dice el Padre Fray Joel L. Monroy en su libro “El convento de La Merced de Quito (de 1700 a 1800”, al historiador el templo de La Merced, lo siguiente: “En cumplimiento de su deber, el nuevo provincial y Fray Francisco de la Carrera – abrió la visita del Convento de San Nicolás de Bari de Quito, el 22 de noviembre de 1701. Volvió a hacerlo el 6 de febrero de 1703”.

Es más 140 años después se lo sigue llamando igual. Así lo relata el mismo autor cuando expresa: “El P. Pedro Albán en un cuadro que se llama “Estado de las casas pertenecientes a la provincia de Quito, dice, en 30 de junio de 1843: “Convento Máximo de San Nicolás de Quito.- Casa situada a dos cuadras de distancia del centro de la ciudad, su extensión es de dos cuadras cuadradas, fuerza de la plazuela que tiene delante, todo el cerrado de una alta muralla de cal y ladrillo. En el local más ventajoso de este recinto se halla la iglesia principal, que si no es la mejor, a lo menos es una de las más bellas y hermosas de la Capital”.

No hay duda de que se trata de La Merced, de cuyo ejemplo se había iniciado su reconstrucción el 1º. de junio de 1700 y concluido tres años después, llegando a ser la primera basílica menor del Ecuador.

En dicha iglesia existe una cripta con bóvedas para los religiosos de la Orden Mercedaria, pero que a lo largo de la historia ha brindado cabida a otros devotos. Tal es así que en el mismo año de 1700, a fin de que no se detenga la construcción de la iglesia, se optó por permitir que a muchos devotos se le prometa las exequias, sepultura y misas en dicho templo como si fueran religiosos profesos, siempre que éstos entreguen limosna de 200 pesos para la obra de la iglesia.

Al respecto puntualiza el provincial maestro Fray Francisco de la Carrera, desde el Convento Máximo de San Nicolás de Quito, el 9 de octubre de aquel año, en su cuarta cláusula: “Que de quererse enterrar en este convento o en otro de la provincia, muriendo fuera de Quito, se le de bóveda de religioso”.

Por otro lado, detrás de la Iglesia de la Recoleta del Tejar, también de la comunidad mercedaria, construida décadas después de la última reconstrucción del Convento e iglesia de La Merced, se conserva un cementerio utilizado desde tiempos remotos para enterrar a los difuntos de ilustres familias de Quito. Pero de acuerdo a los documentos detallados, no debemos especular que los restos de Abdón Calderón podrían haberse pasado al Tejar.

El documento de su defunción está muy claro. Es decir que es una bóveda de la cripta de la iglesia del Convento Máximo de San Nicolás o, lo que es lo mismo, de la iglesia de la Merced, en donde descansaron, durante algún tiempo los restos del héroe del Pichincha, hasta que se produjo su traslado a la ciudad de Guayaquil.

jueves, 19 de enero de 2012

Argentina dice que no contestará 'agravio militarista' británico en Malvinas

Argentina dice que no contestará 'agravio militarista' británico en Malvinas


BUENOS AIRES. El canciller de Argentina, Héctor Timerman, remarcó hoy que no contestará "ningún agravio militarista" del primer ministro británico, David Cameron, quien aprobó planes destinados a incrementar la presencia militar en las islas Malvinas, cuya soberanía se disputan ambos países.

"La única vía que tiene el gobierno británico para salir de este embrollo es la negociación directa" con Argentina, dijo en referencia al apoyo latinoamericano a la posición de Buenos Aires.

"No queda ninguna duda de que Argentina busca una solución pacÍfica, negociada y civilizada: no vamos a contestar ningún agravio de tono militarista de Cameron", subrayó Timerman a la radio bonaerense Del Plata desde El Salvador, escala de una gira por Centroamérica.

Cameron ha aprobado unos planes de contingencia destinados a incrementar la presencia militar en las Malvinas, a raíz de la tensión entre el Reino Unido y Argentina por la soberanía de las islas, afirmó hoy el diario británico The Times.

El Reino Unido tiene planes para desplegar rápidamente efectivos militares en las Malvinas por medio de la isla de Ascensión, en el océano Atlántico, indicaron fuentes oficiales citadas por el diario.

El martes, Cameron había convocado al Consejo Nacional de Seguridad para tratar la situación y acusó a Argentina de "colonialismo" por reclamar la soberanÍa de las Malvinas, situadas a 400 millas marinas de las costas del país sudamericano en el Atlántico.

Argentina reclama la soberanía de las Malvinas y otras islas australes desde enero de 1833, cuando fueron ocupadas por tropas británicas que desalojaron a pobladores argentinos.

El canciller argentino consideró que "está dando resultado" la estrategia diplomática de Buenos Aires porque logró "mucha solidaridad y compromiso en la región y de los organismos internacionales" en la disputa con el Reino Unido.

"Hay que leer los diarios ingleses, hasta el más conservador, The Times, no lo apoya, le dicen que tiene una estrategia errada, que es irreal lo que está haciendo", matizó.

En este sentido, exhortó una vez más al Reino Unido a que "levante el teléfono y llame a Ban Ki Moon", el secretario general de las Naciones Unidas (ONU), "quien renueva año tras año en sus resoluciones el llamado a que ambos países se sienten a negociar" la soberanÍa de las islas.

La ONU dictaminó en 1965 que el de las Malvinas es un caso de colonialismo y desde entonces se suceden las resoluciones del organismo internacional que instan a las partes a negociar la soberanía de las islas, que permanecen interrumpidas desde la guerra librada por argentinos y británicos en 1982. (EFE)

viernes, 6 de enero de 2012

31 de Diciembre

estabamos todos reunidos en la casa de mi abuelita, comiendo.
cerca de las 12pm fuimos a la calle y vimos q todo estaba apagado...
despues llegaron las 12 y quemamos el viejo...
nos abrazamos y despúes cada cual se fue.